Bio

C uando Isabel Sabato era apenas una niña, siempre le rogaba a su hermana que le prestara alguna de sus “joyas” jurándole que, esta vez, no iba a romperlas. Por supuesto, al final del día volvía con la “joyita” rota y le decía “no te preocupes, te prometo que cuando sea grande voy a ser joyera y te voy a arreglar todas las cosas que te rompí”. Su hermana sonreía, no podía enojarse con ella, era su hermanita menor y la adoraba.

Fue Marina, su hermana hoy convertida en una gran pintora, quien a través del juego le enseñó la esencia del arte. La paleta de colores, los cálidos y los fríos, los contrastes, las formas orgánicas, el arte abstracto, el conceptual, pero sobre todo le enseñó a imaginar, soñar y creer que los sueños pueden convertirse en realidad. También su madre, Lidia, una mujer sobria y elegante con un sentido de la estética excepcional; y su padre, Jorge, quien diariamente tocaba el piano de maravilla cuando volvía del trabajo, deleitando a toda la familia. Como si esto fuese poco, estaban sus abuelos, Ernesto y Matilde, con quienes compartía todos sus fines de semana. Su abuela, una hermosa poeta y contadora de los cuentos más fantásticos y su abuelo, quien le transmitió la pasión por la lectura y una gran enseñanza: “El arte es la única posible salvación del hombre”.

Isabel creció también con un fuerte sentido de la justicia y al terminar el colegio secundario decidió estudiar en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Se recibió de abogada con diploma de honor. Transcurría el año 2000 cuando entendió que su mundo no era la abogacía aunque quería seguir formándose. Así fue como emprendió un viaje a Londres por un año, que termino durando casi cuatro. Hizo una diplomatura en Políticas Sociales y una Maestría en Políticas Publicas. Al mismo tiempo, comprendió que ya era hora de incursionar en aquella primera pasión que sintió desde pequeña. Sin dudarlo, se anotó en Central Saint Martins School of Arts and Design donde tomó varios cursos de joyería y diseño de moda.

De vuelta en la Argentina, siguió formándose tomando diversos talleres de joyería, técnicas de bijoux y diseño. Al cumplir 40 años, reafirmó la necesidad de seguir su pasión. Encontró un taller, donde pudo explorar técnicas innovadoras que la ayudaron a terminar de definir su identidad como diseñadora. Mirando los cuadernos de otras épocas encontró una frase que escribió en el año 2000: “Vocación, ilusión… sueños que se transforman en pasiones con rutinas. Nada más mágico ni más contradictorio”. Con esa premisa tomó la decisión de seguir su verdadera vocación y transformarla en su principal proyecto de vida. Así nace SI Sabato Isabel.